La vocación del servicio para el cuidado

“EN TODO AMAR y SERVIR “San Ignacio de Loyola.

Esta máxima del fundador de la compañía de Jesús, nos invita a reflexionar y a pensar que, en el ejercicio del servicio del cuidado, es fundamental realizarlo con amor, con compromiso y con responsabilidad, y por lo tanto si es nuestra decisión servir a los demás, hay que actuar siempre buscando el bienestar y la felicidad de aquellos a quienes servimos.

El servicio es una de las habilidades humanas que nos diferencia de los animales. El valor del servicio habla de nuestro alto sentido de colaboración para atender, apoyar y hacerle la vida más llevadera a las personas que nos necesitan, en la medida de nuestras posibilidades.

VOCACIÓN DE SERVICIO

VOCACION= Esta palabra proviene del latín Vocatio  el cual su vez deriva del verbo “Vocare” llamar.  

Literalmente significa “llamado” y antiguamente se asignaba a aquella acción de seguir a Jesús.  Hoy en día este vocablo se aplica a una” llamada interior” de vivir la vida de una manera determinada buscando un sentido de satisfacción y realización en las tareas que nos gustan, sin buscar una retribución económica a cambio, pues el simple hecho de realizarlas genera felicidad y satisfacción. Por esta razón la vocación está ligada al estado de conciencia de la persona, y no a la actividad o servicio que presta.

SERVICIO: Es la acción de Empatía hacia los demás, la disposición que tiene una persona para ayudar a los demás. Las personas serviciales buscan el bienestar de todos, y más que eso, idean la manera de ayudarlos a que sean felices y motivarlos a lograr sus sueños.

VOCACION DE SERVICIO: Al unir estas dos palabras se deduce que la vocación de servicio es una virtud que radica en el alma, y comprende el compromiso, pasión y espíritu de entrega hacia la actividad o atribución que debemos desempeñar como por ejemplo prestar un voluntariado, ayudar en situaciones de tragedias o cuidar a un ser querido que requiere de nuestra atención y que depende de un tercero.  Ponernos en el lugar de los demás con actitud positiva nos hace más empáticos, más humanos independientemente de a quien prestemos un servicio. La vocación de servicio se encuentra a través de la experiencia, sin embargo, se perfecciona y se empodera a través de diversas facetas humanas como la capacitación constante, los conocimientos científicos, la filosofía,  las artes y la cultura en general.

¿CÓMO UNA PERSONA DESCUBRE SU VOCACIÓN DE SERVICIO?

La vocación de servicio es un sentimiento de profunda y genuina procupación por las afecciones, dolencias y situaciones de los demás. No se nace con ella, sino que se va descubriendo en diferentes momentos de la vida y se va construyendo poco a poco al comprobar que algunas labores que desarrollamos nos producen un sentimiento de compasión, interés por ayudar, atender y solucionar situaciones que viven bien sean nuestros seres queridos y allegados, así como el deseo de ayudar a terceros. Las enfermeras y personal médico, tienen vocación de servicio, sienten la necesidad de ayudar, curar, hacer las cosas con amor. Los cuidadores no profesionales, son aquellos que en su gran mayoría asumen repentinamente el papel de “cuidador” y no tienen claro si tienen esa vocación de servicio; simplemente asumen la tarea de cuidar con todo lo que implica esta palabra, a un ser querido diagnosticado con una enfermedad compleja, o que sufrió un accidente, o bien  debe responsabilizarse del cuidado de un hijo en condición de discapacidad o una enfermedad cognitiva. Se preguntan si tienen la vocación, o es una obligación, o una devoción.  El tiempo, la experiencia que se va a acumulando en la labor, pueden ayudar a encontrar la respuesta, pero una cosa es determinante, y es la percepción de satisfacción o insatisfacción por parte de esa persona a cargo, ante el manejo y atención que se le da a sus necesidades físicas como emocionales, es decir el amor, comprensión, tratamiento y seguridad que se le brinda. Muchos encuentran el gusto por cuidar y dedicar su tiempo a ese ser querido obteniendo como recompensa un gran regocijo espiritual y emocional ya que rara vez este trabajo es reconocido económicamente.

CARACTERISTICAS DE LA VOCACION DE CUIDADO:

  1. Es intangible, no es algo material sino es algo que uno entrega para que surja un efecto en el otro.
  2.  Requiere empatía que debe ser genuina. Si no es genuina simplemente es un acto frio e impersonal que no genera una respuesta empática.
  3. Calidez: Es la manera como yo interactúo con la (s) persona(s) al cuidado: De qué manera me comunico, como es mi lenguaje y mi trato; ¿es amable, amoroso y cálido? ¿Controlo mis emociones durante la ejecución de la tarea y no me dejo llevar por las situaciones negativas que puedan presentarse en el entorno? 
  4. Respeto por la dignidad de la vida de la persona a cargo.
  5. Orden:  La vocación de cuidado para ser ejercida correctamente, debe ser desarrollada con orden, planificando tareas, cumpliendo horarios de tratamientos y suministro de medicamentos entre otros.
  6. Conocimiento:  Conocer la condición del paciente, informarse sobre su enfermedad, complicaciones, manejo, saber tomas decisiones ágilmente ante situaciones repentinas, conocer la red de salud del paciente; personal médico, red hospitalaria, manejo de citas etc.
  7. Comunicación: La comunicación cuidador-Paciente es fundamental para poderlo atender adecuadamente. Saber leer sus gestos, sus respuestas al manejo, oir sus angustias y expresarle cariño y comprensión.
  8. Fiabilidad: Es necesario estar seguro de las acciones que se toman durante la atención al paciente y que la familia de este tenga confianza en nuestros trabajo y proceder.

POTENCIAR LA HABILIDAD DE SERVICIO Y NO DEJARLA PERDER POR EL DESANIMO.

Para mejorar en la prestación del servicio y potenciarlo, es importante no descuidar los siguientes frentes:

. Espacio espiritual:  Establecer espacios de meditación y agradecimiento sea cual sea nuestra religión.  Acudir en la búsqueda de ayuda espiritual y   refugiarnos en momentos solo para nosotros para meditar y conectarnos con el universo nos lleva a relajarnos y disminuir el estrés.

El agradecimiento siempre es necesario en lo bueno y lo malo. De las experiencias difíciles y duras siempre aprendemos y eso es motivo de agradecimiento.

 . Espacio para actividades que nos gusten: Es fundamental buscar el tiempo para hacer aquellas cosas que siempre hemos disfrutado y que por la tarea de cuidado hemos ido apartando. Buscar el tiempo para realizarlas, nos conduce a centrar nuestra mente en otros aspectos divertidos y relajantes. Incluso en los momentos que descansa el paciente podemos pintar mándalas, leer un capítulo de un libro, hacer un poco de ejercicio, llamar por teléfono a nuestra familia entre otros.

Fomentar habilidades en la persona al cuidado: A medida que conocemos nuestros pacientes, podemos ir trabajando con ellos en cultivarle habilidades. Puede requerir tiempo, disgustos, repetir mil veces lo mismo, pero cuando se fomenta una habilidad y se logra, obtenemos una agradable sensación de felicidad, de éxito, y eso hay que celebrarlo cn el paciente y la familia. A.

Evitar pensar en el futuro de forma enfermiza. Cuando tenemos niños con condiciones de discapacidad, o problemas cognitivos etc., tendemos a pensar que va a ser del futuro de él, que va a pasar cuando faltemos, y entonces nos abrumamos, nos angustiamos, y si nos centramos permanentemente en eso, nos podemos enfermar. Hay que pensar en el futuro, pero no de forma enfermiza, porque agota, y entorpece la labor. Debemos buscar estar en paz, calmarnos y mirar como cada día vamos enfrentando las cosas y revisar de qué manera podemos avanzar.

Interactuar con más personas:  Hablar con personas que viven situaciones parecidas a las nuestras, compartir nuestros pensamientos nos ayuda aliviar nuestro estrés, así como también podemos ayudar a tranquilizar a personas que están empezando a vivir la experiencia de un diagnostico catastrófico, o permanente de un hijo. Ser compasivos y ayudar.

El cuidador nunca debe olvidar que debe cuidarse así mismo, no dejarse desanimar, amarse, consentirse, respetarse y reconocer el valor y la importancia que tiene su labor para ese ser querido, y para sí mismo, al sentir la satisfacción del trabajo realizado con amor y esmero.

¿QUE RETRIBUCIONES TIENE LA PERSONA QUE CUIDA?                 

Son retribuciones netamente gratificantes. Nos sentimos llenos de amor y felicidad al poder atender una persona que nos necesita, recibimos como respuestas, las caras de agradecimiento y amor de los demás, sus respuestas emocionales positivas, y contribuimos a un mundo mejor y más empático.

A veces esperamos que el mundo responda y nos anime o reconozca nuestro trabajo, lo que no suele suceder. Somos nosotros mismos los que debemos reconocer nuestro trabajo y darnos palmaditas en la espalda, motivándonos por dar todo en este oficio.

Muchas veces no podemos solucionar los problemas y angustias de los demás, pero compartimos ratos, oímos, acompañamos y ganamos experiencias lo que nos permite a veces orientar a otras personas. Podemos transmitir nuestra experiencia, ser luz para otros, ayudar en momentos de angustia y dificultad

Todos los seres humanos deberían experimentar la vocación de servicio. Se requiere voluntad, empatía, acción y  mucho amor y a cambio recibimos una inmensa satisfacción personal

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