PORQUE DEBEMOS DESCANSAR NUESTRA MENTE
Por: Marta Luz Mora.
Nuestra mente está en constante movimiento. A cada instante, millones de pensamientos —positivos, negativos, optimistas, alegres o tristes— entran y salen a gran velocidad. Algunos nos brindan tranquilidad, pero otros generan ansiedad. Así, sin darnos cuenta, pasamos gran parte del tiempo en modo "sobrepensar", sin permitirnos poner en OFF la mente, dejando que esas avalanchas de pensamientos erosionen poco a poco nuestra paz interior.
Así como nos preocupamos por mantener sano y fuerte nuestro cuerpo a través del ejercicio y una buena alimentación, también debemos entender que descansar la mente no es un lujo, sino una necesidad vital. Una mente despejada permite tomar mejores decisiones, tener relaciones más saludables y vivir con mayor bienestar. El descanso mental reduce la ansiedad y el estrés, y mejora la concentración y la creatividad.
Aunque la mente no es tangible, sus efectos en el cuerpo sí lo son. Un pensamiento ansioso, por ejemplo, puede generar sudoración, taquicardia o insomnio. Por eso, cuidar la mente también es cuidar la salud física.
En tiempos de sobrecarga mental, detenerse no es perder el tiempo: es recuperar claridad.
¿Qué es la mente?
Aunque están estrechamente relacionados, el cerebro y la mente no son lo mismo. El cerebro es un órgano físico, compuesto por neuronas y otras estructuras. La mente, en cambio, es una función del cerebro: una actividad intangible que surge de la interacción neuronal y que se manifiesta en procesos como el pensamiento, la percepción, la memoria o las emociones.
La mente es un sistema complejo que nos permite interpretar el mundo, experimentar la vida de manera rica y profunda, y adaptarnos constantemente a nuestro entorno.
¿Qué incluye la mente?
La mente abarca varios aspectos fundamentales:
- Pensamientos: ideas, juicios, razonamientos.
- Emociones: tristeza, alegría, miedo, amor, entre otras.
- Memoria: recuerdos y aprendizajes.
- Imaginación: capacidad para crear imágenes o situaciones en la mente.
- Consciencia: darnos cuenta de lo que pensamos, sentimos o hacemos.
- Intuición: percepciones rápidas sin razonamiento lógico.
El buen uso de las redes sociales es fundamental para nuestra salud mental.
El buen uso de las redes sociales es crucial para nuestro equilibrio mental. Estas herramientas han transformado nuestra forma de comunicarnos y de estar conectados. Durante la pandemia, por ejemplo, jugaron un papel esencial: nos permitieron seguir trabajando, mantener vínculos afectivos, informarnos y entretenernos.
Sin embargo y dado el gran poder que estas redes tienen en nuestra vida, es fundamental ser conscientes del uso racional de las mismas y evitar que influyan negativamente en nuestras vidas.
El uso descontrolado de las mismas, el brillo de las pantallas, el ruido constante de las notificaciones, está causando serios problemas principalmente en los adolescente y jóvenes, quienes enfrentan la constante presión de grupo, al estar pendientes del reconocimiento y aprobación cada vez que publican una foto o mensaje. La desaprobación y las criticas afectan sus mentes, generan ansiedad y angustia, se sienten rechazados al no cumplir con las imágenes idealizadas de las redes. El rendimiento escolar disminuye, el sueño se ve perturbado porque permanentemente están pendientes de las redes. El gran problema es que los cerebros del adolescente aún están en desarrollo, y por lo tanto esto los hace vulnerables a las redes sociales las cuales están pensadas para mantenernos pegados a ellas. Estos comportamientos dificultan el aprendizaje en las aulas, por la falta de concentración y por lo tanto es necesario tomar decisiones para evitar que la formación y educación se vean truncadas perjudicando su posterior desempeño en la etapa laboral.
Si bien el uso de las redes sociales es excesivo en los adolescentes causando adicción, los adultos también han incrementado su uso irracional, generando sensación de aislamiento, perdida de relaciones interpersonales, depresión, ansiedad, afectando la vida diaria y por consiguiente la salud física y mental.
¿Cómo podemos poner a descansar nuestra mente?
Descansar la mente no significa dejar de pensar, sino permitir que los pensamientos fluyan sin presión ni sobrecarga. Aquí algunas estrategias útiles para lograrlo:
1. Desconexión digital: Limita el tiempo frente a pantallas, elige contenidos positivos y apaga notificaciones. Alejarse periódicamente de redes sociales o correos electrónicos ayuda a evitar la saturación mental.
2. Meditación o respiración consciente: Dedica unos minutos al día para respirar profundo, cerrar los ojos y enfocarte en el presente. Este ejercicio reduce significativamente la actividad mental acelerada.
3. Escritura libre: Escribir lo que piensas sin juzgar ni corregir es una forma efectiva de liberar la mente.
4. Contacto con la naturaleza: Caminar al aire libre, sin prisa y observando el entorno, ayuda a reducir la tensión y a cambiar de perspectiva.
5. Rutinas de descanso: Dormir bien y tomar pausas cortas durante el día previene la fatiga mental acumulada.
6.Actividades creativas: Pintar, tocar un instrumento, cocinar o realizar cualquier actividad artística enfoca la mente en el presente y la relaja.
7. Terapia o diálogo: Hablar con alguien de confianza o un profesional de la salud mental ayuda a ordenar pensamientos y aliviar cargas emocionales.
Conclusión
La mente necesita espacios para respirar. Vivimos en una época de hiperconexión, donde el ruido externo es constante y la autoexigencia, permanente. Por eso, tomarse el tiempo para cuidar la salud mental no solo es un acto de autocuidado, sino también una inversión en calidad de vida. Una mente en calma es una mente más libre, más clara y más fuerte.
Bibliografía:
- Goleman, Daniel. La inteligencia emocional. Editorial Kairós.
- Siegel, Daniel J. La mente en desarrollo. Editorial Desclée De Brouwer.
- Organización Mundial de la Salud (OMS). Salud mental: fortaleciendo nuestra respuesta.
- Carr, Nicholas. Superficiales: ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes? Editorial Taurus.
- 16/06/2025