PORQUE PREOCUPARNOS POR NUESTRA SALUD MENTAL
Por Marta Luz Mora R
Cada año, en el mes de octubre, la mayoría de los países se unen para reflexionar, crear conciencia, mejorar la comprensión y fomentar la acción sobre los problemas de salud mental. Más allá de ser un tema médico o psicológico, se trata de un tema fundamental para el bienestar humano, que determina cómo pensamos, sentimos, actuamos y nos relacionamos con los demás. Este mes nos invita a detenernos, a respirar y a mirar hacia adentro, reconociendo que estar bien mental y emocionalmente es tan importante como gozar de buena salud física
Desde PROPACE, donde todos los días nos preocupamos por el cuidado integral de las personas cuidadoras , nos unimos a esta conmemoración con un mensaje claro y urgente: cuidar la salud mental es cuidar la vida y ese cuidado comienza por nosotros mismos.
En un mundo cada vez más exigente donde las preocupaciones, la sobrecarga laboral, los problemas económicos, las pérdidas, el aislamiento y el exceso de información parecen no tener pausa, se va acumulando lentamente un agotamiento emocional y nuestra salud mental comienza a resentirse Muchas personas y especialmente los cuidadores viven entregando su tiempo, su energía y su afecto a los demás, olvidando que también necesitan descanso, acompañamiento y espacios para sanar. Los cuidadores deben ser conscientes de la importancia de priorizar su salud, para poder cuidar. Cuidar a otros sin cuidarse a sí mismos tiene consecuencias: La ansiedad, el estrés crónico o la depresión no aparecen de un día para otro; se gestan en el silencio de esa persona que un día asumió la responsabilidad de cuidar de ese ser querido que enfermó; o del bebé que nació con una condición de salud particular, o que tomó la decisión de dedicarse al cuidado de su familia dejando a un lado el trabajo que le representaba un ingreso. Es ese cuidador que siente que todo el tiempo debe ser fuerte descuidando su propia salud.
¿Por qué es importante hablar de salud mental?
La salud mental no se limita a la ausencia de enfermedad. Es la capacidad de disfrutar, de tener esperanza, de establecer vínculos sanos, de sentirnos útiles y en paz. Es parte fundamental de la salud y el bienestar que sustenta nuestras capacidades individuales y colectivas para tomar decisiones, establecer relaciones y dar forma al mundo en que vivimos; es, además, un derecho humano fundamental y así como cuidamos el cuerpo, también debemos cuidar la mente y el corazón.
Las afecciones de salud mental comprenden trastornos mentales y discapacidades psicosociales, así como otros estados mentales asociados a un alto grado de angustia, discapacidad funcional o riesgo de conducta auto lesiva. Las personas con algunos de estos diagnósticos son más propensas a experimentar niveles más bajos de bienestar mental, aunque no siempre es necesariamente así.
Hablar de salud mental es crucial para el bienestar individual y colectivo puesto que influye en nuestra capacidad de afrontar el estrés, mantener relaciones saludables, trabajar productivamente y alcanzar nuestro potencial.
A nivel individual tiene el siguiente impacto:
. Mejora el bienestar general: Una buena salud mental es fundamental para disfrutar de la vida, tener relaciones significativas y contribuir a la comunidad.
. Fortalece la resiliencia: Ayuda a afrontar el estrés de la vida de manera efectiva, permitiendo una mejor respuesta ante las dificultades.
. Previene problemas físicos: La salud mental está intrínsecamente ligada a la salud física, y un buen estado mental puede acelerar la recuperación de enfermedades físicas.
A nivel social y de comunidad tiene el siguiente impacto:
. Reduce el estigma: Al hablar abiertamente, se aborda la discriminación y se normaliza la búsqueda de apoyo para los trastornos mentales.
. Fomenta la empatía: Promueve una mayor comprensión y apoyo hacia las personas que luchan con problemas de salud mental.
. Mejora la salud pública: Al reconocer la salud mental como una parte integral de la salud, se impulsa la inversión en prevención y atención, impactando positivamente en la economía.
Consecuencias de no hablar de salud mental.
. Dificultad para obtener ayuda: La estigmatización y el silencio impiden que muchas personas reciban la atención necesaria, llevando a un empeoramiento de sus condiciones.
. Impacto en el desarrollo: La falta de apoyo puede afectar el desarrollo social, el rendimiento académico y la capacidad para encontrar y mantener un empleo.
. Aislamiento social: Las personas con problemas de salud mental pueden sentirse solas e incomprendidas, lo que agrava su situación.
Para los cuidadores, este desafío es aún mayor; su entrega diaria, su amor constante y su responsabilidad hacia otros muchas veces los lleva a olvidarse de sí mismos. Sin embargo, nadie puede cuidar plenamente si primero no se cuida a sí mismo.
Por eso, el mes del cuidado de la salud mental es una oportunidad para recordar que pedir ayuda no es un signo de debilidad, sino de responsabilidad. Reconocer nuestras emociones, hablar de lo que sentimos, permitirnos descansar y buscar apoyo profesional cuando lo necesitamos, son actos de amor propio y también de responsabilidad con quienes nos rodean.
Promovamos el descanso, la escucha, la empatía y la ternura. Celebremos la vida en todas sus formas, y recordemos que no hay cuidado completo sin autocuidado.
La salud mental no es un lujo, ni un tema secundario: es la base de todo. Cuando estamos en equilibrio, pensamos mejor, nos relacionamos mejor y vivimos con más serenidad.
Bibliografía:
. Página OPS. Organización panamericana de la salud.
. Organización mundial de la salud. OMS. Salud Mental.
. Word Health Organization.
- 17/10/2025