LA IMPORTANCIA DE EQUILIBRAR EL ROL DE MADRE, ESPOSA, Y CUIDADORA.
Por Marta Luz Mora R.

Ser mamá, esposa y cuidadora es una misión profundamente gratificante y amorosa. Nos brinda momentos maravillosos, llenos de sentido y conexión, pero también implica asumir múltiples responsabilidades que demandan una gran cantidad de energía física, mental y emocional. Cuando no logramos equilibrar estos papeles, corremos el riesgo de experimentar un deterioro significativo en nuestra salud y bienestar.
A lo largo del tiempo, las exigencias hacia las mujeres han ido en aumento. Desde la década de los años setenta, la participación femenina en el mundo laboral marcó un punto de inflexión en la percepción de su papel en la sociedad. La mujer dejó de ser vista únicamente como la principal gestora del trabajo doméstico para convertirse también en trabajadora, profesional, estudiante y protagonista activa de su propio desarrollo. Este cambio transformó el modelo tradicional pues la sociedad tuvo que reconocer que las mujeres ya no permanecían exclusivamente en el hogar, y que además del trabajo doméstico y del cuidado —labores históricamente invisibilizadas— ahora asumían nuevas responsabilidades fuera de casa. En consecuencia, muchas mujeres comenzaron a cargar con un rol adicional, buscando responder a las demandas familiares y económicas, sin dejar de lado su vocación de cuidado y amor hacia los suyos.
¿Cómo lograr el equilibrio sin descuidar las salud mental, física y emocional?
Las mujeres y en especial las latinas tenemos el convencimiento de que debemos cumplir miles de tareas y cumplirlas bien, si bien, ya se percibe un mayor compromiso de los hombres en las labores domésticas y la crianza de los hijos, lo cierto es que las mujeres cumplimos numerosas tareas diarias al tiempo que tratamos de adaptarnos a los constantes y exigentes cambios del mundo actual como estudiar, prepararnos cada día más ser económicamente independientes y valiosas tanto para la sociedad como para nuestras familias. Todo esto plantea numerosos interrogantes sobre cómo equilibrar tantos roles diversos sin perder el bienestar ni morir en el intento.
Ser Mamá: Es dar vida, educar, acompañar y guiar. Las madres suelen cargar con una enorme responsabilidad emocional, pues sienten que deben estar presentes para todo y para todos. Pero ser mamá no significa ser perfecta. Significa estar disponible con amor, aprender cada día y aceptar que también se necesita descansar.
Ser Esposa: Implica construir una relación basada en el respeto, la comunicación y el apoyo mutuo. En medio de las exigencias del día a día, muchas mujeres priorizan tanto a los demás que la relación de pareja pasa a un segundo plano. Sin embargo, compartir tiempo de calidad, expresar sentimientos y mantener la complicidad son pilares para fortalecer la unión y el bienestar común.
Ser cuidadora: Cuidar de un ser querido con discapacidad, enfermedad o un nivel de dependencia total, es un acto de amor profundo, pero también una labor que puede desgastar si no se gestiona de manera saludable. La sobrecarga del cuidado, la falta de sueño, la culpa o el aislamiento son riesgos reales. La tarea del cuidado se extiende a las actividades domésticas; mantener la casa en orden, limpia, cuidar los hijos, la alimentación de la familia, son actividades permanentes y exigentes que pretenden ser desarrolladas dentro de un ambiente armonioso, adecuado y estable. Por eso, la salud emocional del cuidador debe ser una prioridad y no un lujo.
Los riesgos de intentar hacerlo todo.
Muchas mujeres sienten que deben “poder con todo”: ser buenas madres, esposas atentas, cuidadoras dedicadas e incansables, trabajadoras exitosas, hijas, amigas...
Esto se debe a la presión de la carga mental de gestionar responsabilidades laborales y domésticas, lo que puede llevar a agotamiento, menor desarrollo profesional, problemas de atención, y muchas veces depresión. La multitarea reduce la capacidad de concentrarse en una sola cosa, lo que lleva a cometer más errores y a un rendimiento inferior en las tareas. Pero sus consecuencias no sólo son a nivel personal, sino que además nos limita en nuestra productividad. Tanto es así que las investigaciones han sugerido que la multitarea puede llegar a reducir la productividad en un 40%.
Vivir en equilibrio comienza por reconocer que no se puede hacer todo al mismo tiempo y que pedir ayuda no es debilidad, sino una muestra de sabiduría. La habilidad para hacer bien ciertas cosas requiere el enfoque total de nuestra atención, y en cambio cuando estamos haciendo multitareas esto no sucede. Por lo contrario, nuestro foco suele ir de una cosa a otra.
Cómo vivir en equilibrio sin poner en riesgo la salud
Reconocer los límites:
No somos máquina. Aprender a decir “no” sin culpa y a poner pausas. El bienestar es lo que cuenta.
Organizar el tiempo:
Hay que establecer rutinas realistas y dedicar momentos definidos para cada rol, sin olvidar incluir espacio para uno mismo. No todo tiene que ser perfecto, pero sí equilibrado.
Priorizar el autocuidado diario:
. Dormir lo suficiente.
. Alimentarse bien.
. Ejercitarse, bien sea realizando caminatas de 30 minutos o cumpliendo alguna rutina de ejercicios que disfrutemos.
. Respirar profundo varias veces al día.
. Dedicarse unos minutos a algo que nos guste hacer: leer, pintar, oír música, tomar un café con amigos.
Todos estos pequeños actos sostienen tu salud física y emocional.
Hablar y compartir los sentimientos:
Expresar las emociones no nos hace débiles. Buscar apoyo en otras cuidadoras, amigas, familiares o en profesionales. Compartir libera carga y crea redes de contención.
Cuidar la relación de pareja:
El amor también necesita espacio y tiempo. Conversa, escucha, ríe, y busca momentos para reconectar. Una pareja equilibrada también es un apoyo clave en el cuidado familiar.
No descuides la identidad personal:
No solo eres mamá, esposa o cuidadora. Eres una mujer con sueños, gustos, pensamientos y derecho a crecer.
Recuperar tus intereses personales te da energía y sentido de propósito.
Para recordar:
“Para conservar el equilibrio debemos mantener unido lo interior y lo exterior, lo visible y lo invisible, lo conocido y lo desconocido, lo temporal y lo eterno, lo antiguo y lo nuevo” Jhon O’Donuhue.
Bibliografía
. La mujer en los cuidados: de la tradición hacia una cultura de reconocimiento. Activiza blog.
. El rol de las mujeres como cuidadoras. Revista Venezolana de estudios de la mujer.
. La mujer y su rol en la sociedad. Centro de atención neurológica integral.
Películas recomendadas:
. Pequeña Otra Vez (2019): Una empresaria exitosa se reencuentra con su yo de 13 años, lo que la lleva a reflexionar sobre el equilibrio entre el trabajo y la vida personal.
. El diablo viste a la moda (2006): Sigue a una joven que debe encontrar su lugar y equilibrar sus ambiciones profesionales con su vida personal.
. Julie & Julia (2009): Combina las historias de Julia Child y Julie Powell, mostrando a mujeres que buscan encontrar un propósito y un equilibrio a través de la cocina.
. La sonrisa de Mona Lisa (2003): Una profesora de historia del arte desafía las normas de una escuela para mujeres en los años 50, inspirando a sus alumnas a cuestionar su futuro.
- 30/10/2025
